A orillas del Támesis

¿Libertinaje o libertad? ¿Información o desinformación? ¿Corrupción o transparencia? Juan Pedro Luengas y Mercurio Cadena ejemplifican –con un estilo novedoso, puntual y sumamente informado- el debate actual sobre Wikileaks y la importancia que tiene dicho proyecto en nuestra sociedad.

Por: Juan Pedro Luengas y Mercurio Cadena

Twenty bridges from Tower to Kew Wanted to know what the River knew For they were young and the Thames was old, And this is the tale that the river told -Rudyard Kipling

-No me convence… necesitamos seguir subiendo los impuestos y más ahora que la crisis empieza a ceder. Hay optimismo.

La sala de juntas ya está vacía. La sesión terminó hace horas pero el trabajo no terminará hasta bien entrada la noche. El Támesis fluye entre la mancha urbana londinense.

-Más impuestos...- De golpe recuerdo cierta promesa de campaña -¿Y si disminuimos más el gasto?

- No, no... Aún no entiendes muchas cosas. La política, mi querido amigo, es el arte de saber resignar lo necesario por lo urgente, y en este caso…

-¡Rendición de cuentas!- El altavoz corta el coloquio politicón -¡La soberanía está en el pueblo! ¡La información es derecho del soberano!

-Lo había olvidado- Comenta mientras mira su reloj- La manifestación. Estos ignorantes son bastante puntuales.

-¿Ignorantes, señor?- siembro la pregunta en su mente, sólo por ver qué pasa.

-Escúchalos.

-... se preocupa genuinamente por el pueblo y se entrega voluntariamente a la policía el mismo día que se le acusa, demostrando que es inocente y no tiene nada qué temer! No dejaremos que muera lo que comenzó en 2007. Los cables seguirán fluyendo y, con él en la cárcel, sólo harán más fuerte al movimiento. ¡No pedimos más que la liberación de un inocente!

-Menuda inocencia... Ese sujeto lleva más de tres años burlándose de la soberanía misma. La información que ha sacado a la luz no sólo es imprudente e irrelevante en su mayoría, sino también sesgada. No busca informar sino sólo desacreditar.

Esa palabra despierta algo en mi mente -No sé si “desacreditar” es la palabra que busca, señor. Estados Unidos no ha desmentido nada... sólo se ha dedicado a atacar, al igual que China, Kenya y la Iglesia Católica, cuando fácilmente podrían negarlo todo. ¿No se da a entender con esto que los cables son verdaderos?

- Aunque así fuera, la publicación de esa información limita la capacidad de acción de los gobiernos. Una capacidad por demás legítima. ¿Qué sería de las políticas de Estado sin la confidencialidad necesaria? ¿De qué servirían, por ejemplo, las estrategias militares contra la mafia si ésta las conociera de antemano? “Wikileaks debería ser contado entre los enemigos de la sociedad abierta porque no respeta la autoridad de la Ley ni honra los derechos de los individuos.” STEVEN AFTERGOOD

-Pero señor, el proyecto de Assange se distingue por promover la transparencia en aras de reducir la corrupción y fortalecer la democracia, claras aspiraciones de la sociedad abierta que usted menciona.

-Lo único que está logrando el proyecto del señor Julian es complicar las relaciones diplomáticas con información que, en su gran mayoría, es irrelevante. Además su organización se cae en pedazos. Para muestras un botón: El señor Domscheit-Berg

-¿Domscheit-Berg, señor?

-Daniel Domscheit-Berg trabajó con el señor Julian durante tres años bajo el nombre de Daniel Schmitt. Sin embargo, Daniel rompió relaciones con Assange, entre otras cosas, a raíz de la publicación de los famosos informes sobre Afganistán, ¿Los recuerdas? Aquellos que dejaron tan mal parado a Estados Unidos. Según este personaje, esos informes se dieron a conocer sin borrar nombres de los colaboradores, dejando a sus fuentes plenamente desprotegidas. Fue la primera de muchas acciones autoritarias e irresponsables de Assange. ¡El gran defensor de la libertad de prensa! Acusado de arbitrario por su propio amigo... El final de la amistad se dio cuando el señor Julian despidió a Daniel por considerarlo insumiso y desleal, después de que éste le recomendó asumir un bajo perfil tras las acusaciones por abusos sexuales.

-Tal vez ha puesto en peligro a algunas personas; quizá no tenga el mejor carácter- Aunque temo ser inoportuno, prosigo -pero considere usted que Wikileaks ha logrado algunos cambios en materia legislativa. En Islandia se adoptó una ley de protección a la libertad de expresión muy progresista...

-Promovida por la diputada Birgitta Jonsdottir, conozco el caso. Pero olvidas que la diputada también rompió relaciones con Assange y ahora apoya al grupo de oposición de Domscheit-Berg. Por tanto no es logro de Wikileaks. Ella no ha dado declaraciones de la separación pero ¿Por qué separarse e irse con la competencia sino por claros desacuerdos? Cuando se cae en el error es de sabios cambiar de opinión.

La oscuridad de la sala se pliega en densas capas de aire. Hay un grávido silencio entre nosotros; el silencio de los que temen entrar en franca lucha... Mientras tanto, el viejo Támesis fluye ajeno a las nimiedades del hombre.

-Volvamos al trabajo ¿Quieres?

-Por supuesto, señor.

-Te decía que en este caso es necesario subrayar que...

-¡Vivan los trabajadores anónimos de Wikileaks! ¡Viva la prensa libre!- El sonido del altavoz irrumpe insolente en la sala. El Támesis parece burlarse, parece reír...

-Señor... al menos reconozca que el sitio web hace un buen trabajo verificando la información que publica. En el caso del video sobre los asesinatos en Irak mandaron corresponsales a investigar y encontraron personas que aseguran haber visto al helicóptero atacando a civiles inocentes.

-Lo único que hay que reconocer es que existe una pregunta por demás interesante: ¿Qué hay de la información no publicada? ¿Lo has pensado? ¿Por qué no publican todo de una vez? Es bien sabido que otra de las razones por las que Daniel se alejó del señor Julian fue la tendencia de éste último a publicar primordialmente cables que afectaran a Estados Unidos, dejando de lado información relevante sobre otros países.

-Analizando la cantidad de cables que tienen por país sería difícil publicar sobre algún otro que no sea Estados Unidos y sus relaciones diplomáticas. Además, considere usted que si publicaran ipso facto no tendrían el mismo impacto. La forma en que permean la información permite analizar cada cable, presentar diferentes puntos de vista y contrastar el análisis con la fuente. Piense usted, por ejemplo, en las atrocidades que han sido realizadas en Irak y que Wikileaks ha sacado a la luz. Todo esto nos lleva a un sencillo problema: ¿Es legítima la acción secretista del Estado en países democráticos? ¿Qué pensaría usted si yo decidiera realizar mi trabajo sin rendirle cuenta alguna? Al menos en términos teóricos el pueblo adquiere soberanía al ser él quien elige al gobierno, y esto debería darle derecho a la información gubernamental.

Comienzo a exasperarlo. Sus manos se mueven al compás de sus demudados gestos. La ridiculez de la gente fina, la gente propia, de tacuche; tipos serios, respetables, que no ríen, que no lloran. Personas a las que el Támesis les estorba y deciden construir puentes e ignorarlo. Yo mismo uso un traje y siento la burla del río. -En la teoría el mundo es potencialmente perfecto; bien. ¿Y qué? Las ideas sirven mientras uno logre no perderse en ellas. La praxis va más allá. Detener a Julian Assange y a su Wikileaks es necesario y urgente, antes de que la incertidumbre se arraigue y la confidencialidad del gobierno se sienta aún más amenazada.

-No estoy de acuerdo.- me exalto sin preverlo - ¡La confidencialidad gubernamental no lo es todo! Yo sé que es necesaria en muchos casos; lo he vivido. He estado ahí con usted mientras desarrollamos planes y estrategias que, de ser conocidas, serían un terrible fracaso. Y sin embargo,- el tono de mi voz se eleva- ¿Es legítimo manejar así todo tipo de información? Puedo entender que el gobierno no quiera que se publiquen estrategias contra el crimen, ¿Pero ocultar pruebas de tortura, espionaje, componendas con el hampa, fraudes y extorsiones? Todo está en definir qué información debe ser conocida y cuál no, y dudo mucho que ello se logre sin esfuerzos como éste. ¿O qué? ¿Esperaremos a que el gobierno se regule solo? Hacerlo sería ignorar la historia. Usted cree que desconozco muchas cosas, y sin embargo sé algo: “Los políticos están casados con la verdad pero, como muchas parejas, viven separados” H.C MUNRO. ¡Yo mismo he mentido muchas veces! ¿No será éste el preámbulo del control civil que tanto requiere la sociedad contemporánea?

Se ha calmado. Me mira de soslayo, torvo. Luego voltea y se fija absorto en la ventana.

-Eso, mi amigo, es perderse en las ideas.

-Hay lugares que están hechos para no ser encontrado.- Me voy, y sólo el cielo gris parece notarlo.

-¡No hay vuelta atrás! ¡El gobierno rendirá las cuentas pendientes!

Mientras, el Támesis sigue su curso.