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¿Por qué celebrar el Bicentenario?México y Twitter ¿Masificación de la participación ciudadana?

No se ha logrado aquel requisito indispensable para una democracia consolidada: el libre intercambio de ideas y opiniones. Sin embargo, un nuevo foro se abre contra esta carencia de comunicación: Twitter.

Por: Jorge Antonio Morales

200 años despues

En un país como México, donde la democracia está en sus albores, es difícil encontrar métodos para hacer valer la opinión de los individuos que se encuentran fuera de los tradicionales círculos de poder. En otras palabras, cualquier ciudadano que no sea un acaudalado empresario, un político de profesión, miembro de una familia empoderada o una luminaria intelectual, tiene pocas formas de hacerse escuchar.

 

Los gobiernos del Partido Acción Nacional, actualmente en el poder, han tratado de establecer métodos de comunicación con el ciudadano. Un ejemplo es el programa televisado "Diálogo ciudadano", esbozo de foro entre el presidente y una muestra representativa de cien mexicanos que resultó ser una triste muestra de la parcialidad del gobierno para vanagloriarse y evitar un diálogo real.

 

A pesar de esto no se ha logrado aquel requisito indispensable para una democracia consolidada: el libre intercambio de ideas, opiniones y la apertura al debate entre miembros de los círculos de poder y la sociedad. Esto ha significado una serie de acciones erráticas en la administración pública que van desde una distribución equívoca de inversión por parte del gobierno hasta la toma de decisiones que gran parte de la población no apoya. Para muestra un botón, la llamada "guerra contra el narco".

 

Sin embargo, un nuevo foro se abre contra esta carencia de comunicación: Twitter. La popular red social creada en Estados Unidos por Jack Dorsey y que inicialmente surgió con fines de entretenimiento y comunicación personal, ahora se ha convertido en una herramienta de comunicación social con un potencial de alcances inmesurables. Gracias a su extendido alcance e inmediatez, en cuestión de cinco segundos, una idea puede darle la vuelta al mundo.

 

La posibilidad de entablar una conversación con personalidades de la vida política, además de lograr un impacto de mayor extensión y conseguir un poder de difusión masivo para las ideas, hace de Twitter un elemento que facilita hacerse escuchar. Antes, si un mexicano quería comunicarse directamente con el conductor del noticiario de una de las grandes cadenas televisivas del país tenía pocas opciones: o buscaba su número en el directorio telefónico o le escribía un correo con la esperanza de que algún día llegara al personaje y fuese leído. Ahora, basta con que el sujeto simplemente escriba @JavierAlatorre o @CarlosLoret, conductores de dos de los noticiarios televisivos de mayor audiencia en el país, y en cuestión de segundos el mensaje (no más de 140 caracteres) llegará ante el galante hombre de saco.

 

No obstante, este medio tiene sus limitaciones y, de hecho, estas son limitaciones humanas más que del mismo Twitter. Simplemente nadie puede dedicarse a leer todo el día los mensajes recibidos y mucho menos darles seguimiento. Entonces ¿por qué nos entusiasma? La respuesta es sencilla: porque no es un medio en el que la conversación sea solamente de dos, en cambio, permite que la conversación pueda extenderse ha miles de usuarios.

 

Un ejemplo hipotético sería el caso de un individuo con una queja para el Secretario de Trabajo. Para hacerse escuchar enfrentaría un problema: la comunicación sería distante y probablemente poco efectiva de hacerlo de manera individual. Podría organizar un movimiento social y ejercer presión, pero el costo personal de hacer esto sería elevado, pues disponer de tiempo para buscar gente que comparta la misma causa y organizar el movimiento, además de obtener los recursos necesarios para el contacto y la convocatoria, no es algo que cualquier ciudadano pueda o quiera costear. En cambio, con Twitter, los costos de esta problemática disminuyen, ya que, a través de mensajes, se puede convocar un movimiento colectivo de gran impacto. En cuestión de horas se puede llegar a tener miles de seguidores, gente que comparta las ideas y pensamientos y, sobretodo, que apoye una causa. Esto desde cualquier lugar y en cualquier momento. La cuenta @JLozanoA de Javier Lozano, Secretario de Trabajo, tendrá cientos o miles de mensajes opinando respecto a la queja establecida.

 

Un caso que muestra cómo esta red social ha generado un cambio real sucedió en las elecciones de 2008 en Estados Unidos. Barack Obama utilizó Twitter como parte integral de su campaña, mandando continuamente mensajes con sus propuestas y entablando una conexión más cercana con los votantes, confiando en que ellos lo "retuitearan" en forma de apoyo. Esto sirvió como medida de publicidad expansiva. Además, al saber la cantidad de gente que "tuiteaba" con el nombre o "hashtag" del candidato demócrata, fue posible medir su impacto en la población.

 

Un ejemplo mexicano es el de la organización "Ni un estudiante más", surgida a partir del fallecimiento de dos estudiantes -a causa de una balacera entre militares y miembros del crimen organizado- del Tecnológico de Monterrey Campus Monterrey. La organización, que inició como parte de una conversación en Twitter, propone repensar los problemas actuales del país y buscar nuevas formas de resguardar a la población. Su objetivo es lograr un cambio en las medidas de seguridad nacional a través del diálogo entre estudiantes, académicos, expertos en el tema y miembros del gobierno.

 

¿Cómo cambió Twitter el impacto de "Ni un estudiante más"? Yoshio Ávila, coordinador interuniversitario de la organización, explica: "Twitter permite una apertura en medios de comunicación […] Es como escribir directamente en el periódico Reforma". Lo que permite una difusión eficiente, el mensaje llega a quien tiene que llegar: medios masivos de comunicación, académicos y personas interesadas. Twitter le da a la difusión una precisión que otros medios no tienen.

 

Sin embargo, si se considera que la persona de habla hispana más seguida en Twitter es @Anahi, ex-miembro del popular grupo musical de adolescentes RBD y actriz de telenovelas mexicanas, quien cuenta con poco menos de 800 mil seguidores, es posible deducir que el interés de la gente está más dirigido al entretenimiento que al ámbito político-social. Además, según estadísticas del sitio www.twittercounter.com, la lista de las diez personas más seguidas en la Ciudad de México, ciudad con la mayor densidad de "tuiteros" en el país, está conformada por cuatro actores, tres actrices, un periodista, un deportista y un periódico. Por si no fuera suficiente, entre los 50 "tuiteros" más seguidos no se encuentran ni académicos ni funcionarios públicos. El más cercano a estas posiciones es Marcelo Ebrad (@m_ebrad), jefe de gobierno del Distrito Federal, que ocupa la posición 59. Esto demuestra que el gran cambio en la participación y la movilización, se facilita y agiliza, pero aún falta esa mecha que detone el movimiento. La red no hace a la persona.

 

Es importante considerar que no cualquier mexicano tiene acceso a Twitter. Solamente el 27,2% de la población del país tiene acceso a internet según cifras de la AMIPCI (Asociación Mexicana de Internet). De estos, es una minoría la que utiliza la red social, sin embargo, la red ha experimentado un impresionante crecimiento, como explica Guillermo Perezbolde, mercadólogo y referente de la red Twitter: "Con 67,000 cuentas activas de Twitter en el país, esta red social experimenta un crecimiento de 800% con respecto al año pasado". No obstante, esta cifra no representa ni el 1% de la población con acceso a internet, es decir, menos del 0.01% de la población total del país, ni siquiera los suficientes para obtener el 2% de votantes necesarios para mantener el registro de un partido político. Esto dota de mayor responsabilidad a los pocos usuarios actuales, no sólo para buscar que más gente se integre sino también para dirigirlos hacia el camino del debate abierto y de la proposición de soluciones.

 

El cambio proviene de la fuerza de las ideas y por lo mismo de los hombres que crean y defienden éstas. Tener voz para expresarse no significa que sea utilizada de buena forma, esto es lo que sucede con Twitter. No se puede esperar que, desde un inicio, se dé el idílico mundo de la participación social masiva, pero tampoco se debe caer en la desesperanza. Las acciones serán la muestra de los cambios y alcances.

 

Es cuestión de tiempo para que México note el potencial de sus ideas y el gran medio del que ahora dispone para darlas a conocer y llevarlas a cabo. Twitter está ahí, es momento de que los mexicanos sepamos sacarle provecho.

 


 

 

 

 

Derechos Reservados © El Globalista México, 2010